El 9 de octubre de 1820, el Puerto de Guayaquil proclamó su independencia de España. José Joaquín de Olmedo, designado jefe político de la provincia convocó a un cabildo abierto el cual se reunió el mismo nueve de octubre. Al acto concurrieron los miembros del Ayuntamiento y otros ciudadanos notables. En él se decidió nombrar y ratificar autoridades, siempre y cuando juraran lealtad al nuevo régimen independiente. Se acordó también enviar noticias sobre esto a Quito y Cuenca para exhortarlos a unirse al pronunciamiento.
Jose Joauqin de Olmedo toma el poder de la ya independizada ciudad portuaria, por via de las armas, de esta manera pide apoyo a la figura cada vez mas emblemática de Simón Bolivar, quien se encontraba en su campaña libertaria en tierras Colombianas (Nueva Granada). Junto con Bolivar otro personaje importante "José de San Martin" tambien seria invitado a la reunion en la ciudad el 27 de julio de 1822. En dicha reunion se trataria el destino de Guayaquil como puerto independiente.
El 24 de mayo de 1822, Sucre derrota a los realistas en Pichincha y ocupa Quito el 25 de mayo. El contingente peruano que intervino en esta batalla, estuvo compuesto por 1.600 efectivos al mando del coronel Andrés de Santa Cruz y se unió a la tropa patriota grancolombiana en Saraguro el 9 de febrero de 1822. Posteriormente, Simón Bolívar presiona diplomáticamente a Guayaquil, con el fin de anexarla a la Gran Colombia. Tanto el Libertador del Norte, general Simón Bolívar como el Libertador del Sur, general José de San Martín, estaban convencidos que la definición de la independencia americana tenía que darse en suelo peruano, por lo que el propósito de Simón Bolívar era llegar al Perú.
Antes de los sucesos de Guayaquil, San Martín había convocado al Primer Congreso Constituyente del Perú, el 1 de mayo de 1822. Se eligieron 79 diputados, instalándose este legislativo el 20 de septiembre de 1822 solemnemente. Luego de la instalación y en la misma fecha, este Congreso ofreció al general José de San Martín poderes dictatoriales, los cuales rehusó. Se varió el ofrecimiento al de Fundador de la Libertad del Perú y Generalísimo de las Armas, título que fue aceptado por el general San Martín, aunque de manera honorífica. Su decisión de retirarse era terminante. El Congreso así instalado eligió como su Presidente a Francisco Javier de Luna Pizarro.
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