Domingo 1 de Octubre
Villamil y su amigo José de Antepara visitan la casa de los esposos
Morlás, y luego de un tiempo de conversación, la hija del matrimonio,
Isabelita, interrumpe, pidiendo que se haga una reunión o un baile.
Villamil y Antepara ven en el pedido de la joven el pretexto perfecto para dar forma a lo que con toda seguridad vienen hablando de mucho tiempo atrás, esto es, darle forma a una Revolución que acabe con nuestra dependencia de España.
La fiesta la organiza Doña Ana de Garaicoa de Villamil, por indicaciones de su esposo y son invitados a ella; algunas de las más destacadas familias del puerto, así como la oficialidad del Batallón Granaderos de Reserva y tres integrantes del Batallón Numancia que están de paso por Guayaquil; sus nombres: León de Febres-Cordero, Luis Urdaneta y Miguel Letamendi.
Por la Noche y luego de un tiempo de iniciada la reunión, el anfitrión reúne a los invitados que él y Antepara consideran vitales para el triunfo de la empresa, contándose entre ellos, a más de los tres oficiales antes mencionados, Gregorio Escobedo, el doctor Luis Fernando Vivero, los jóvenes Francisco y Antonio Elizalde, Vicente Ramón Roca, Francisco de Paula Lavayen, José Rivas, Manuel de J. Fajardo, José Correa y otros. El futuro de Guayaquil a comenzado a forjarse en esta "FRAGUA DE VULCANO".
Villamil y Antepara ven en el pedido de la joven el pretexto perfecto para dar forma a lo que con toda seguridad vienen hablando de mucho tiempo atrás, esto es, darle forma a una Revolución que acabe con nuestra dependencia de España.
La fiesta la organiza Doña Ana de Garaicoa de Villamil, por indicaciones de su esposo y son invitados a ella; algunas de las más destacadas familias del puerto, así como la oficialidad del Batallón Granaderos de Reserva y tres integrantes del Batallón Numancia que están de paso por Guayaquil; sus nombres: León de Febres-Cordero, Luis Urdaneta y Miguel Letamendi.
Por la Noche y luego de un tiempo de iniciada la reunión, el anfitrión reúne a los invitados que él y Antepara consideran vitales para el triunfo de la empresa, contándose entre ellos, a más de los tres oficiales antes mencionados, Gregorio Escobedo, el doctor Luis Fernando Vivero, los jóvenes Francisco y Antonio Elizalde, Vicente Ramón Roca, Francisco de Paula Lavayen, José Rivas, Manuel de J. Fajardo, José Correa y otros. El futuro de Guayaquil a comenzado a forjarse en esta "FRAGUA DE VULCANO".
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